Ante la nueva situación de desescalada a la normalidad establecida por el gobierno, estas son las recomendaciones para el criterio sobre el uso de mascarillas
1. Objetivo del uso de la mascarilla: la razón y el motivo del uso de la mascarilla deben ser claros: si se debe utilizar para el control de la fuente (utilizado por personas infectadas) o para la prevención de COVID-19 (utilizado por personas sanas).
2. Riesgo de exposición al virus SARS-CoV-2 en el contexto local considerando el ámbito: o Población: epidemiología actual sobre circulación del virus (escenario actual de transmisión comunitaria), así como la capacidad local de vigilancia y diagnóstico (escenario de desescalada en el que se reforzará la búsqueda y seguimiento de contactos y aumentará la capacidad para realizar pruebas diagnósticas). o Individuo: personas trabajando en contacto cercano con el público (escenario de reincorporación actual a la actividad laboral o la situación de trabajadores de cara al público sin protección)
3. Vulnerabilidad de la persona / población para desarrollar una enfermedad grave o tener mayor riesgo de muerte (enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, enfermedad pulmonar crónica, diabetes mellitus y edad avanzada).
4. Entorno en el que vive la población en términos de densidad de población, la capacidad de realizar distanciamiento físico (desplazamientos en autobús) y riesgo de propagación rápida (entornos cerrados, barrios marginales, campamentos o entornos similares a campamentos).
5. Viabilidad: disponibilidad, coste de la mascarilla y tolerancia de la población.
6. Tipo de mascarilla: mascarilla médica frente a máscara higiénica.
7. Riesgos potenciales relacionados con la recomendación de uso de mascarillas: Hay una serie de riesgos potenciales, que hacen necesario asociar esta recomendación con una campaña informativa intensa de educación y concienciación de la ciudadanía. o Auto-contaminación que puede ocurrir al tocar y reutilizar la mascarilla contaminada. o Dependiendo del tipo de mascarilla utilizada, posibles dificultades para respirar. o Falsa sensación de seguridad, lo que lleva a una posible menor adherencia a otras medidas preventivas como el distanciamiento físico y la higiene de las manos o Desvío de los suministros de mascarillas y la consiguiente escasez de mascarillas para los trabajadores de la salud. o Desvío de recursos de medidas efectivas de salud pública, como la higiene de manos